Días anteriores a este gran comienzo de año, pensaba… Qué balance general hacer para este año, cuando la percepción de cada uno fue tan distinta…
Algunos odiamos este 2020, otros amamos este 2020. Yo creo que de acuerdo a la resistencia que hayamos puesto a los cambios, mayor malestar y dolor padecimos.
Las lecciones de vida a veces asustan tanto que huimos de solo cruzarlas en nuestro camino, y es ahí donde todo se bifurca. Y no nos damos cuenta que en ese preciso momento estamos tomando una decisión crucial. Miramos de frente a este dolor y lo capitalizamos, sumergiéndonos en la enseñanza, (el camino corto), o no queremos ni siquiera mirar este dolor y le damos la espalda, y la vida se encargará de mostrarnos una y mil veces más, y cada vez con más zoom ese dolor, que poco a poco se convierte en sufrimiento, hasta que no nos quede otra opción que transitarlo y asumirlo (claro que es el camino largo, y a veces muy muy largo)…
Entonces todo se resume a una decisión? Y a dónde estaba ese cruce que lo pasamos por alto?…
El problema que nuestro piloto automático (nuestros mecanismos inconscientes), nos hacen tomar una y otra vez el mismo camino, sin darnos cuenta repetimos los mismos errores. Y cómo nos damos cuenta?
Despertando, tomando consciencia, saber que de lo que en apariencia «hoy zafamos», es una trampa de comodidad que mañana nos hará regresar con mayor carga de dolor…
Yo creo que todos los días podemos retomar, recalcular, accionar un nuevo camino, solo con afrontar cada situación que se nos presenta, sabiendo que lo que hoy hacemos, mañana tendrá su repercusión! Cada acción, cada pensamiento, cada intención tiene una consecuencia de la que nos podemos beneficiar o perjudicar, todo depende de que decisión tomemos!
Les deseo un año lleno de más consciencia, para tomar las mejores decisiones, para nuestro bien y el de toda la humanidad!
Somos dueños de nuestros destinos, diseñemos los años que vendrán empezando por hoy!